COCINAS: TODAS LAS TENDENCIAS

Sostenibilidad, el lujo de la personalización y de los materiales nobles, los ambientes monocromáticos y las superficies mate o ultramate, además de las maderas naturales y acabados que la imitan son las bases de los estilos más actuales.

Aunque las tendencias en mobiliario e interiorismo no son tan perecederas como en otros ámbitos del diseño, por motivos obvios, también evolucionan y van cambiando. Dicen los expertos que esta temporada acabará con las superficies ultrabrillo, los ambientes de varios colores, las cocinas impersonales, los espacios oscuros y pequeños, los frentes con tiradores y otra larga lista de cosas que pasarán a la retaguardia de las opciones preferidas por la mayoría de los usuarios. La duración de las tendencias no se rige por normas matemáticas: algunas son fugaces y otras se instalan casi a perpetuidad y resisten estoicamente el paso de las temporadas. El ejemplo más claro en récord de permanencia lo tenemos en el mobiliario y electrodomésticos de estilo minimalista. Al menos es más, en cuanto a casi todo. Y es que tiene su lógica. En la cocina la economía de ornamento facilita el aprovechamiento del espacio, la facilidad de mantenimiento, a la vez que fomenta el orden y la limpieza. En el caso contrario, inspiraciones como la neobarroca o la setentera tuvieron una duración muy inferior. Y es que una de las condiciones que se le pide a la nueva cocina es que su estilo no pase fácilmente de moda y se mantenga actual durante toda su vida útil.

EL MOBILIARIO

La ausencia de tiradores  y su sustitución por los uñeros o los sistemas de apertura push open para puertas y cajones consiguen mantener los frentes libres de obstáculos y facilitan la limpieza del mobiliario.

Las puertas con marco clásico dan lugar a hojas lisas o a frentes con marcos más estrechos y profundos que los convencionales para recordar la tradición, pero contaminada con las tendencias actuales.

En cuanto a concepto, las puertas escamoteables, que se esconden y encajan en el grosor del mueble pueden hacer desaparecer una parte de la cocina o la totalidad de la vista y convertirla en un simple panel móvil y decorativo. También las encimeras que se desplazan se extienden hasta formar un office de quita y pon o se deslizan sobre fogones y fregadero para convertir la isla en un cubo minimalista, sin zonas de trabajo visibles. Estas dos soluciones amplían las posibilidades de diseño de las cocinas que se abren al comedor y al salón.

Los colores. Aunque las cocinas blancas siguen siendo una de las mejores opciones para proporcionar a la estancia un plus de luminosidad y sensación de limpieza, los colores intensos tienen cada vez más partidarios. Los verdes atrevidos, azules saturados o diferentes tonalidades tierra son los preferidos para añadir carácter a la composición y conseguir cierta sensación de profundidad. El negro y el gris grafito llevan varias temporadas dando que hablar. Son opciones que se llevan la palma en cuanto a sofisticación y elegancia. También son únicos creando ambientes de un cierto dramatismo. Combinan bien con maderas oscuras y encimeras de trabajo con el look del mármol o de otras piedras naturales. Para los amantes del

Total Black pueden apuntarse también a la moda de los fregaderos, griferías y electrodomésticos en este mismo color.

Materiales. Las maderas crudas con encajes tipo finger joint son frescas y ponen un cierto toque informal, las de tono medio, como el roble, o las veteadas tipo nogal son otras opciones a tener muy en cuenta.

La laca mate y ultramate, los laminados con el mismo acabado son las opciones más habituales en las nuevas colecciones.

ENCIMERAS DE TRABAJO

La piedra natural o la sinterizada que recuerda el aspecto de mármoles, pizarra y otros acabados se lleva la palma. Las cocinas del siglo XXI quieren recuperar esta tendencia de siempre y, de paso, volver a conectar con la Naturaleza. Destacan los porcelánicos con look mármol Calacatta, Negro Marquina o los que reproducen el aspecto exótico y suntuoso de algunas piedras de importación.

LAS OPEN KITCHEN

Siguen de plena actualidad, sobre todo en las viviendas urbanas en las que la estancia destinada a cocina suelen ser pequeñas, oscuras y con ventanas encaradas a un patio de luces. Tirar tabiques significa hacer crecer la cocina hacia el comedor y llegar hasta el salón. También aprovechar la luz natural y las vistas que suelen proporcionar las ventanas de las estancias contiguas. Amenos divisiones arquitectónicas más flexibilidad para colocar las zonas funcionales. Por cierto, lo del triángulo de trabajo está cada vez más obsoleto y resulta menos funcional. ¿Qué podemos hacer cuando colocar las zonas de almacenamiento, cocción y aguas formando un triángulo condiciona la distribución de la estancia e impide un mejor aprovechamiento del espacio? Pues, simplemente, olvidarlo. La finalidad de dicho triángulo es colocar todo lo necesario al alcance del usuario e impedir que haga desplazamientos demasiado largos o innecesarios.

Actualmente, y especialmente desde la pandemia, la cocina se ha converito en un espacio social, en el que los diferentes habitantes de la casa comparten tareas o realizan otras totalmente ajenas a las cocinas tradicionales.  En esta parte de la casa no solo se friega la vajilla, se manipulan los alimentos, se cocina y se almacenan objetos y productos alimenticios, también puede incorporar un rincón de desayunos, para cocinar al vacío o un espacio de teletrabajo y zona para practicar ejercicio físico. Al fin y al cabo cada usuario es un mundo y sus necesidades y preferencias, también. Esto me lleva a señalar la importancia, cada vez mayor, de la personalización y el lujo que supone que la cocina se pueda adaptar como un guante a las expectativas de cada proyecto.

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