REHAU opta por la eficiencia energética
El PVC se ha convertido en un material muy valorado por los profesionales del sector de los cerramientos
Cuando se realiza una obra nueva o una reforma del hogar, una duda recurrente que aparece es la elección de puertas y ventanas. Elegir unos buenos cerramientos es una decisión clave, ya que permiten la entrada de luz solar, ofrecen protección frente a la temperatura exterior, aíslan el ruido y son determinantes para mejorar el ahorro energético de la vivienda. En este sentido, el material con el que están hechas las ventanas de una casa o edificio juega un papel esencial.
¿Por qué el PVC es un material tan valorado en el sector de la construcción?
El PVC o Policloruro de Vinilo pertenece a una extensa familia de materiales denominada polímeros y es el segundo plástico más utilizado en el mundo para todo tipo de aplicaciones. Al ser un termoplástico, se puede moldear fácilmente si se somete a una temperatura determinada y, gracias a su composición, ofrece unas propiedades únicas, entre las que destacan su elevada resistencia y durabilidad. En comparación con otras materias primas, no hay que olvidar que el PVC es un material no conductor, motivo por el que, además de su resistencia y larga vida útil, es un material muy valorado por los profesionales de la construcción, pues su capacidad aislante supone una infinidad de ventajas. Así, por sus altas prestaciones y su eficiencia energética, el PVC se postula a ser la mejor solución para cerramientos. En este contexto, REHAU ofrece un amplio abanico de ventanas de PVC elaboradas a partir de la tecnología más innovadora y los más altos estándares de calidad, resultando en soluciones inteligentes y sostenibles.
¿Aluminio o PVC?
Las ventajas del PVC frente al aluminio son infinitas y, debido a ello, son muchos los expertos que defienden este material como la solución óptima para cerramientos. Sus propiedades aislantes garantizan un aislamiento tanto térmico como acústico excelentes, pudiendo llegar a ahorrar hasta un 76% de energía. Las pérdidas de temperatura que se producen a través de puertas y ventanas son uno de los principales motivos por los que nos resulta tan difícil mantener un ambiente confortable en la vivienda. Cuánto menos aislantes sean los cerramientos, más tendremos que invertir en sistemas de climatización para enfriar o calentar las estancias, resultando prácticamente imposible mantener una temperatura estable. Por la composición del material y su mala conductividad, las ventanas de PVC no necesitan sistemas de rotura de puente térmico para lograr unos niveles de aislamiento válidos, gracias a los cuales mejoramos significativamente la eficiencia energética del hogar. Asimismo, el PVC también proporciona una gran resistencia a impactos, desgaste y corrosión. Otra de las ventajas diferenciales de un sistema de ventanas de PVC son sus elevados niveles de estanqueidad al agua y permeabilidad al aire, así como un grado de protección antirrobo hasta 10 veces mayor que otros sistemas. Cabe destacar también el bajo mantenimiento que necesitan las ventanas de PVC, ya que con una sencilla limpieza sin productos abrasivos es posible asegurar su conservación y su
vida útil durante muchos años.
Un plástico sostenible
Para REHAU, cuidar del planeta es una prioridad, así como también lo es ofrecer las mejores soluciones para cada vivienda. Prueba de ello son los más de 65 millones de euros que REHAU ha invertido en instalaciones de reciclaje, con el fin de proteger los recursos naturales y promover la sostenibilidad. El PVC, contrariamente al mito de que es perjudicial para el medioambiente, es un material que puede ser totalmente reciclado sin perder cualidades. Además, las emisiones de CO2 generadas por su fabricación son menores que las producidas con otros materiales dedicados a la fabricación de ventanas; REHAU, con la economía circular como pilar fundamental de su negocio, ha adaptado los procesos de producción para reducir estas emisiones al máximo, así como también el consumo de agua y energía. Este importante punto, unido a su elevada capacidad aislante, que mejora la eficiencia energética de los edificios, permite que las ventanas de PVC tengan un balance energético positivo. Es decir, ahorran más energía que la consumida en su fabricación, contribuyendo a mitigar los efectos del cambio climático. Otro de los falsos mitos relacionados con el PVC es que es perjudicial para la salud e incluso que puede provocar cáncer; nada más lejos de la realidad. No hay ninguna directiva o reglamento europeo que defina a este material como un material peligroso, dañino o que entrañe riesgos para la salud; lo cierto es que, hoy en día, todos los estudios han descartado este argumento. Los productos fabricados en PVC no emiten partículas por lo que no son tóxicos. De hecho, se usa para fabricar productos que requieren la máxima higiene, como juguetes, botellas de agua o tuberías, por ejemplo.
El PVC no es solo blanco
En cuanto al color y a la estética se refieren, el PVC es un material muy versátil. La creatividad en arquitectura tiene ahora menos barreras al usar un material que se adapta a cualquier forma. Asimismo, el programa KALEIDO COLOR de REHAU ofrece una gran variedad de colores y acabados para que las ventanas se ajusten a cualquier estilo arquitectónico. Por supuesto, también se pueden combinar entre sí acabados distintos para el interior y el exterior de la fachada, lo que amplía aún más las opciones de diseño. En definitiva, cuando hablamos de PVC no solo hablamos de construcción sostenible, sino de un material óptimo para la elaboración de puertas y ventanas eficientes. REHAU, que aporta más de 70 años de experiencia en la transformación de polímeros, se posiciona como líder en el sector, ofreciendo ventanas y cerramientos de PVC en los que priman la máxima calidad y unas propiedades aislantes óptimas para disfrutar de un hogar seguro, eficiente y confortable.
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